Cámara: se denominaba así, antiguamente, una de las habitaciones
de los palacios reales, reservada al uso particular del soberano, y por
extensión, también a los servidores del rey cuyas funciones se
realizaban en la cámara. Bajo el reinado de Francisco I, habiendo
aumentado mucho el número de los músicos ordinarios del rey, fueron
divididos sus servicios en dos grupos, uno de los cuales recibió el
título de “Chantres de la Chambre”, lo que les diferenciaba de los llamados “Chantres de la Capilla”.
Desde mediados del siglo XVII estos grupos fueron tres y se dedicaban a
distintos servicios: cámara, capilla y caballeriza. Los músicos de
cámara, cantores e instrumentistas, ejecutaban el repertorio profano en
los conciertos íntimos celebrados en los departamentos privados, y
participaban en las ceremonias ostentosas, en las fiestas y en la
capilla. Este fue el motivo de que en todos los países se adquiriese la
costumbre de dominar “música de cámara” a las composiciones destinadas a
un pequeño número de ejecutantes y especialmente a aquellas en las
cuales no se repite cada una de las partes vocales o instrumentales.
Música de Cámara:
tal y como se utiliza el término actualmente, música escrita para e
interpretada por un grupo reducido, generalmente instrumental, con un
instrumentista por parte. El término se ha definido o delimitado de modo
diverso en varias épocas, como reflejo de las cambiantes condiciones
sociales y musicales. En el s. XIX y una buena parte del XX significaba
música instrumental para grupos pequeños en la tradición procedente de
los maestros clásicos vieneses, Haydn, Mozart y Beethoven. Una gran
parte de esta música está escrita en formato de sonata en cuatro
movimientos y lleva títulos abstractos que indican el número de
instrumentos empleados (trío, cuarteto, quinteto, sexteto, septeto,
octeto, noneto). La música de cámara se ha escrito casi siempre para
cuerda, pero también se han utilizado con frecuencia piano y cuerda, un
conjunto mixto de viento y cuerda, viento solo y otras combinaciones. La
música para un solo intérprete, con o sin acompañamiento, suele quedar
excluida de esta definición, porque la interacción entre las voces se
considera un elemento esencial de la misma.
En conclusión:
Se
trata de una música instrumental para conjunto. Consta en general de
dos a doce músicos, uno por cada parte melódica, y todas las partes
tienen la misma categoría. La música de cámara de alrededor de 1750
estaba principalmente compuesta para cuarteto de cuerdas (dos violines,
una viola y un chelo), aunque también han sido populares los dúos, tríos
y quintetos, éstos últimos con cuatro instrumentos de cuerda y un piano
o un instrumento de viento. Esta música estaba, en principio, destinada
a actuaciones privadas. Los conciertos públicos de música de cámara
comenzaron a tener lugar sólo a partir del siglo XIX.
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